Hace unos 7 años me enteré de la existencia de los 5Ritmos. Como prácticamente todas las propuestas que involucran el cuerpo me generaban en esa época, rechazo de cabeza a pies, ni modos acepté las múltiples invitaciones para probar de qué se trataba. Hasta que mi entorno, había ya unas cuantas personas de mi entorno practicandolo, dejó de insistir a que me sume. «Es lo más, me súper conecté», «No sabés lo potente que es esto, me siento renovado, con más claridad», y así numerosos comentarios sobre los beneficios de esta práctica sanadora de movimiento consciente.
Es difícil de explicar, de dónde viene esa resistencia a abrirme a este tipo de prácticas (con yoga y cualquier otra propuesta de ese índole me pasa lo mismo). Mucho tiene que ver con no creer (mente) que mi movimiento (cuerpo) pueda posibilitar algo nuevo en mi vida. Incluso, aunque mentalmente crea que sí lo sea, posibilitante, la fiaca mental para acceder a la propuesta no afloja. Me pregunto si por eso muchos hombres buscamos jugar a la pelota con amigos. Ahí lo corporal es el resultado del encuentro con amigos, no el foco central de mi priorización de actividades.
Hoy sigo con esa dualidad interna entre buscar y evitar la conexión corporal. Cuando sí me lo permito y me entrego a una práctica de 5Ritmos, siento que se genera una posibilidad de expansión que en ningún otro contexto, ninguna otra actividad, logro alcanzar.
Esta danza de 5 ritmos no solo propone explorar e informarme de como estoy siendo hoy, sino también habilita integrar nuevas posibilidades de transitar por la vida.
Los 5Ritmos es una danza libre que no requiere experiencia previa, solo requiere de curiosidad para auto-explorarse desde un enfoque nuevo.
5Ritmos Desde Casa, el título del espacio que inició Brenda el primer sábado de este particular periodo de cuarentena, y que hizo tanto bien a muchísimas personas. Cada sábado significa una gran oportunidad para auto-explorar y expandirse, además de conectar con hermosas personas de diferentes partes del mundo que están atravesando una situación similar. Más de una de las personas que siempre participan expresó considerar el espacio de la práctica de los sábados como el momento más deseado de la semana. El mío, sin duda, también lo es.
Benjamin